domingo, 15 de marzo de 2009

Desarrollo real de un libro en tamaño real

Hace muy poquito publicamos Un libro en tamaño real, nuestro primer libro de divulgación científica. Para desarrollarlo, Jorge Doneiger, su autor, dirigió una producción exclusiva de fotos...
Desarrollar un libro de divulgación científica exige cierto rigor: una investigación previa, la asesoría de muchas personas, el trabajo de un productor que consiga los materiales. Por ejemplo, para Un libro en tamaño real, hubo que conseguir un equipo especial de modelos: caracoles, hormigas, elefantes (mucho más peligrosos de lo que se piensa), un camello, 800 globos (inflados), un huevo de avestruz. Muchas personas trabajaron con Jorge Doneiger, algunos prestaron caracoles, otros entregaron a las hormigas, un cuidador de elefantes estuvo ayudando con las tomas fotográficas, en fin… (No se pierdan los créditos del libro) No les queremos contar más del libro, pero les dejamos algunas imágenes y anécdotas para que empiecen a saborear...


Aunque fotografiamos plumas, lápices, troncos de árbol, choclos y otras cosas de lo más diversas, el verdadero desafío fue trabajar con los animales. Pero también nuestros modelos humanos se agotaron con la tarea… Aquí, después de llenar 200 vasos con leche, y quedarse quieto como una estatua, Pedro también tuvo su recompensa…


Para otra de las tomas inflamos centenares de globos... Pero lo mejor vino después: ¿cómo sacar del estudio todos esos globos? ¿Cuánto tiempo puede llevar reventar 800 globos?


Más adelante seguiremos contándoles secretos de esta producción. Es que Un libro en tamaño real tiene cierto misterio: por un lado: todo lo que muestran sus páginas está fotografiado en el tamaño que tiene cada objeto (el hocico de un camello ocupa una doble página completa, el recorrido de un caracol, otro tanto...), así que muestra las cosas en su real dimensión… Sin embargo, intenta señalarnos otra cosa: la dimensión de las cosas puede medirse con las medidas convencionales, pero también por medio de la comparación con otras cosas del mundo… por ejemplo, ¿cuánto contiene una pequeña cucharadita de miel en términos del trabajo de una abeja? Esa comparación también nos da como resultado un tamaño increíblemente real.

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viernes, 6 de marzo de 2009

Una nueva tendencia


Hasta ahora, la industria editorial había permanecido ajena, aunque fuera resignadamente, a las preocupaciones por el cuidado del ambiente. Aunque nos preocupase personalmente a todos, ¿cómo incluirse en el debate si nuestra materia prima, el papel, está justamente en el ojo del huracán? ¿Cómo exigir que se talasen menos bosques sin afectar, necesariamente, la producción de libros? Estas contradicciones no están resueltas, en absoluto. Sin embargo, existen algunas respuestas interesantes...
Tema de hoy: “Libros amigos de los bosques”

La mayor parte del papel utilizado para la publicación de libros se produce en base a pasta de madera virgen, que proviene de áreas con bosques no plantados específicamente para su explotación, sino bosques naturales, con especies nativas. Según datos que aporta Greenpeace, más del 80% de los bosques primarios del mundo han sido destruidos, y los que restan están amenazados por la tala ilegal indiscriminada.
Greepeace está promoviendo desde 2004 un nuevo proyecto llamado “Libros amigos de los bosques”, una campaña que espera persuadir a las editoriales para que impriman sus libros en papel que no proceda de los bosques primarios, y que comiencen a utilizar papel fabricado a partir de fibras recicladas, o papel con un certificado especial: FSC (Consejo de Administración Forestal, según siglas en inglés).
Más allá de la campaña, cualquier editorial puede utilizar papel FSC. Esta certificación asegura que la madera utilizada proviene de bosques gestionados de acuerdo a criterios ecológicos y sociales, como por ejemplo, talar solo algunas áreas, replantar árboles, cuidar los ríos y los suelos y/o preservar ciertas zonas que garanticen que plantas y animales conserven su medioambiente natural. Entre estos criterios se incluye también la protección de los recursos económicos de los pobladores de la zona.

El certificado FSC, que ya empieza a aparecer en la página legal de algunos libros, asegura entonces que el papel proviene de bosques especialmente controlados para moderar el impacto medioambiental que implica su explotación. Este papel, importando de Finlandia en su mayoría, no es barato, pero se distribuye en todo el mundo y resulta una garantía de que las empresas que lo producen y distribuyen trabajan con criterios ecológicos locales y específicos.
Pueden visitar la página de Greenpeace para mayor información y conocer más libros amigos de los bosques.
Un libro en tamaño real, nuestra novedad de enero 2009, es nuestro primer libro en papel con certificado FSC.



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